m@rí@g@stronomí@

m@rí@g@stronomí@; un viaje gastromusical, o musicogastronómico..., o de que por mucho que os cuente, mejor que lo veáis por vosotr@s mism@s:

miércoles, 14 de enero de 2015

Desenterrando tesoros en A Cabana

Vale, ahora es cuando me salto mi última cena veraniega* en este local, que ofrece una de las mejores puestas de sol que se pueden contemplar desde la mesa de un restaurante y os cuento a toda mecha mi experiencia prenavideña.

Desfasado, demodé, obsoleto, viejuno, de la vieja escuela, casposo, rancio, aristocrático, anticuado... ...vale, vale, lo que queráis. No tomé el mejor carpaccio de ciervo de mi vida,


pese a que -obviando el foie- estaba bien bueno, ni la mejor brocheta de rape -que tampoco estaba mal-; incluso creo que podría mejorar las peras al vino, aunque sólo fuese en presentación. 










Pero a la pregunta de ¿que bebiste?, puedo responder; esto:


JAJAJAJAJAAAA JAJAJAJAAAAA; es que no estaba para ponerle un piso, estaba para arrodillarse, pedirle matrimonio y rezarle todos los días hasta el fin de los tiempos.
Blanco de bodega megaproductora, con uva foránea, barricazo... y todo lo que normalmente me echaría para atrás a la hora de seleccionar un vino, se convirtió en un delirio de placer que no logro borrar de mi memoria. ¡Menudo bicho! Si vuelvo a dar con un ejemplar de estos me lo llevo para casa y le doy un trago diario durante semanas hasta que se acabe; por persistencia que no quede.

Os podéis imaginar mi cara viendo ese líquido naranja deslizándose por el decanter, pensando "vale, la cagué, esto está más oxidado que mi drive, no va haber dios que lo beba" y momentos después acercar la nariz a la copa. El raudal de aromas no se quedó en mi mesa, en mi viaje de vuelta del excusado, comprobé que inundaba todo el comedor. Me parece absurdo dar nota de cata; miren la foto y lloren; esa ya no pueden beberla.

Maestro Manuel, que no me entere yo que esa cartita pasa hambre, en cuanto pueda vuelvo y me doy un homenaje de esos que no se pueden contar con palabras.

Raudal de sensaciones, musicales en este caso, es lo que despliga Tori Amos en sus directos. Para muestra un botón:

A Cabana.
Carretera Coruña-Ferrol
Bergondo, A Coruña

COCINA: **1/2
SERVICIO: ****1/2
LOCAL: ****
BODEGA:****1/2
PRECIO: ***

TOTAL: 18,5
*Impecablemente maridada con un A Torna Dos Pasás '05 (LuisAnxoIsGod).

2 comentarios:

  1. Alucinante el color del vino...

    ResponderEliminar
  2. Toni, lo alucinante fue beberlo. Cada vez insisto más en esas botellas que la gente descarta por "viejas" y que son las que contienen la gloria.

    ResponderEliminar