m@rí@g@stronomí@

m@rí@g@stronomí@; un viaje gastromusical, o musicogastronómico..., o de que por mucho que os cuente, mejor que lo veáis por vosotr@s mism@s:

martes, 13 de enero de 2015

PEDRO ROCA

Actos espontáneos se convierten en ocasiones en hechos divinos. Es algo que sucede un poco por conocimiento y un poco por que los astros se alinean para permitir que eso suceda. En fin, veréis en que se convirtió una sencilla comida de lunes, entre dos coleguitas:
Con el paso del tiempo, y de vuelta a la tierra, puedo afirmar que no existe un escenario más propicio que el que da título a este post, pero me veo en la tesitura de insistir en cuanto a lo extraordinario de la experiencia. 
DARLE AL PLAY ANTES DE CONTINUAR


Todo comenzó con un lunes en Santiago, de esos en los que casi todos los restaurantes que conozco, se hallaban con sus puertas cerradas y un ocurrente "vamos a Pedro Roca, que está abierto y con un primero, más un segundo para compartir, quedamos a reventar".


Buen pan y ricas croquetas caseras para amenizar la corta espera a una gloriosa empanada de chocos. De verdad que pensando el material que mete el maestro en esta sensacional joya gastronómica; no recuerdo haber tomado una pizza por los 16 € que costaba que, en comparación, no me parezca un timo. 

Muestro a continuación MEDIA ración de mollejas con foie y trompetas de los muertos. Las mejores mollejas que he probado en mi vida, tienen como nexo, que han sido degustadas en Pedro Roca. Es increíble la calidad y la cantidad del producto que mete este hombre en sus platos.


Con intención de acabar el vino y pedir luego un café; llegó una muestra de cariño por parte del maestro; una liebre à la royale con castañas, trufa... de esas que te dejan clavado su sabor en el paladar y en la memoria.
Por si alguien lo duda, si, lo que veis en la imagen también es MEDIA ración; mi acompañante disfrutó de otra =.


Pedimos postre, no hubo más remedio; eso ya se había convertido en una fiesta de la que no nos podíamos marchar sin bailar un poco más. 
Delicadeza de texturas y rotundidad de sabores para un exquisita milhojas de trufa y crema. Llevo tiempo sin probar un postre que me diga tanto; será por esa sencillez tan en peligro de extinción, pero así es.


¡Ah!, se me olvidaban los pettit fours...


Estupendos cafés, gran atención y mil y na veces GRACIAS Don Pedro, sigo emocionándome con tan sólo el recuerdo de tan grata comida.


Como se muestra en la primera foto, nos plimplamos un Enrique Mendoza Pinot Noir 2.009, que, si bien es cierto que no os trasladará a la Borgoña, también lo es que pocos dan más por menos. Espléndido en nariz, más allá de la fruta madura y elegante en boca; como para no pedirlo a 14 pavos que costaba...

La despedida musical de hoy corre a cargo de Pedro Aznar; un argentino con un envidiable bagage musical, que en el video de arriba, acompañaba a Pat en percusión y voces. Poco más habrá que decir: 

COCINA: *****
SERVICIO: *****
LOCAL: ****1/2
BODEGA:****
PRECIO: *****

TOTAL: 23,5 de 25

3 comentarios:

  1. Precisamente probé el sábado un postre parecido de milhojas en el Alborada de La Cpruña que no me dijo nada, de nada...

    ResponderEliminar
  2. Pues este esba para ponerle un piso, el crujiente fino y sabroso; con ese golpe canalla de mantequilla y el relleno con una crema celestial y una trufa de verdad sabrosa.
    Sencillo, sin demasiados elementos, o una estética rompedora; pero requetebueno.

    De todos modos, me extraña lo del Alborada; a día de hoy dirige la cocina una bestia parda y la sala ya ni te cuento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues del Alborada voy a hacer un post la semana que viene no precisamente elogioso ni de cocina ni de sala...

      En cambio me gustó en su sencillez el Pablo Gallego. Ya colgué post.

      Eliminar