m@rí@g@stronomí@

m@rí@g@stronomí@; un viaje gastromusical, o musicogastronómico..., o de que por mucho que os cuente, mejor que lo veáis por vosotr@s mism@s:

viernes, 18 de julio de 2014

Sant Pau

Tras el post interruptus dedicado a contar mi experiencia en La Molinera, retomo la trilogía de Menús Cañón con uno de los top de mi periplo como incansable comensal. Sin notas y a lo loco, trataré de transmitir lo sucedido hará ya unos 3 meses, en este renombrado restaurante sito en el bello Sant Pol de Mar.
Allá sucedíó una celebración que resultó en una EXPERIENCIA GASTRONÓMICA de esas que se escriben con mayúsculas; en la que todos los elementos se conjugan y los astros se alinean para que unos afortunados comensales se maravillen de ver que las gastroescaleras de color existen si se apuesta fuerte, se es constante y finalmente, la suerte lo permite.

La experiencia en Sant Pau había comenzado meses atrás, se acrecentó con un viaje a  BCN Alimentaria y fue tomando forma durante toda una jornada:
Una muy bien aprovechada mañana de feria, el viaje a Sant Pol de Mar, la llegada al hotel-escuela situado a escasos minutos del restaurante -todavía tengo las vistas grabadas en la retina-, el tranquilo paseo hasta el templo de Ruscalleda, los nervios previos a la entrada al restaurante revoloteando en el estómago...
Todo ello desembocó en la plácida entrada en la imponente sala y culminó en una cena gloriosa.

La elegancia y la sencillez envuelven este local de ensueño; un espacio acogedor, donde no hay lugar para la estridencia ni el mal gusto. No me parece exagerado decir que el servicio es sencillamente perfecto y disponen de una bodega hecha a su medida, sin caer en los llamativos excesos , en cuanto a referencias, de los que algunos estrellados son víctimas.

Sobre mi, el peso de escoger los vinos que acompañarían el menú y que el resto de la mesa juzgarían sin piedad. Airos@s salimos, gracias a la ayuda del sumiller, que nos dispensó un alarde de profesionalidad, amabilidad y saber estar. La atención es remarcable; no creo que exista nada más allá en cuanto al servicio que un restaurante puede ofrecer a sus visitantes; destaca en cuanto a la atención, destrezas, sosiego, y elegancia. Elegante con la medida justa en las distancias, sin caer en lo impersonal... sinceramente, me faltan palabras, no hallo descripción más justa que el ánimo y la consciencia a disfrutarlo para quienes visiten el restaurante.
La ayuda a la hora de escoger los vinos y pasear nuestros paladares por Jerez, Francia, Navarra, Cataluña, Mallorca... ... el hecho de haber avisado en el ecuador del menú que uno de los comensales cumplía años y que hayan improvisado una impecable tarta, cuidadosamente emplatada ante nuestra agradecida mirada, son detalles que engrandecen una experiencia hasta que la insistencia a que los aficionados os dejeis caer por Sant Pau y vivir algo realmente especial.  
Manzanilla, Chenin Balnc, Colección Chivite una suerte de maravilloso vino similar al Palo Cortado
producido en tierras catalanas -no olvidemos que también elaboran grandes Brandys-, Ánima Negra, Subtil de Recaredo... dar notas de cada uno, haría esto tan interminable como parasea describir plato por plato. Decir, eso si, que fue el menú degustación aquí descrito que rayó a mayor altura durante su total extensión; un menú equilibrado, consciente de su entorno tanto en productos como en preparaciones. 

Democráticamente se optó por el menú degustación y unánimenmente, se decidió aumentarlo para probar las espardeñas; marisco que en esa zona trabajan de modo habitual, siendo por estos lares un gran desconocido. Nadie se arrepintió.

Croqueta de Shittake


Fina coca de perejil, tomate, almendra...
Vainas con Romescu. Ni más ni menos que deliciosas.
El foie más refinado  de cuantos disfruté, guisantes que sin ser lágrima hicieron que casi se nos saltasen las lágrimas, la carne más elegannte que recuerdo haber zampado, un postre llamado OLIVES e-x-c-e-p-c-i-o-n-a-l,  pettit fours de -real- alta repostería... Además de la NULA necesidad de recurrir al trampantojo y hacer disfrutar a los comensales de una cocina de proximidad, de enorme producto, cuidadoso tratamiento y elaboración y sabor, mucho sabor. Quienes hayan calificado la cocina de Carme Ruscalleda como excesivamente sutil, no creo que hayan probado este menú, ni alguno similar.
Podrían salvar se ser un manjar celestial la, eso si, coqueta  y resultona croqueta de shiitake y, por supuesto el pan. El rape estaba algo parte de fuerza para mi paladar, pero no dejaba de estar presente en un plato bien acabado de impecable rebozado, punto y guarnición...

EL Foie.


Sepia guisantes.
Las espardeñas
Rape rebozado con su higado.
Alcachofas de vairas maneras & Cigalas
Guiso Marinero a base de Pan y Gambas.
Potro, verduritas, colmenilla y jugos divinos.


Queso San Jorge elaborado con L. C. combinado con calabacín y almendras.



Chocoplátano.
Chocolivas. Incorpora una coca memorable en textura y persistencia de sabor.

















Todo esto, con el saludo de Carme en mesa, alguna parada para disfrutar del magnífico jardín-terraza disfrutando del trabajo del equipo, el cual sucedía tras un enorme escaparate con vistas a la cocina y el goce de saber que estábamos viviendo grandes momentos, de esos que se recordarán con gran regocijo.
Salimos los últimos y alguien en el grupo dijo que lo único mejor que ir a Sant Pau, había sido haber vuelto a Sant Pau.

No me canso de recordar grandes momentos, como no me canso de los múltiples trabajos del sr. Jack White, sus últimas ediciones en solitario son pura crema rockanrollera; así que os dejo con mi cargapilas oficial para este mes de julio. Os ponéis esto a un volumen bien alto, antes de salir para el curro y la cosa funciona mejor si o si: 


COCINA*: *****1/2
SERVICIO*: ******
LOCAL: *****
BODEGA:****1/2
PRECIO: ***1/2

TOTAL: 24,5 de 25 

*HABÍA AVISADO EN ALGUNA OCASIÓN, QUE SE GUARDABA ALGUNA ESTRELLA A MAYORES PARA CASOS EXCEPCIONALES Y APROVECHO PARA RECORDAR QUE SI HUBIESE HABLADO AQUÍ DE CIERTA EXPERIENCIA, LA COCINA TAMBIÉN HUBIESE LLEVADO 6 GOLOSAS ESTRELLITAS.

4 comentarios:

  1. Lo de siempre en el menú degustación de tantos restaurantes: exceso de moluscos, crustáceos y casquería del mar. Parece que no hay otros productos...

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  2. Euros y kilómetros me separan, sí, pero me gusta ver estas líneas entusiasmadas para recuperar ilusión por un sitio que me llama. Algún amigo común no salió tan satisfecho y eso me hizo en su momento "meter la expectativa en la nevera".
    En fin, algún día...

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  3. Jorge, como habrás sospechado, yo estaba formando parte de la velada arriba escrita y te merece la pena el viaje sólo por los chocolates que aparecen al final del post. NUNCA compartí tantos "OOOOOOOOOOES" sentado a una mesa; dos o tres platos deputamadre y los demás mejores. Las fotos no mienten, pero lo que no enseñan es el ritmo y la armonía que sostenían la melodía del menú. Se me hace complicado disfrutar de un vino por bueno que sea, si el ritmo del servicio se basa en que los platos sucedan sin más uno tras otro; en Sant Pau el servicio es perfecto y, cuando eso sucede, sólo queda abandonarse al disfrute. Si no fuesen los €€€, me iria mñn mismo, pediría1/2 de espardeñas, 1/2 de foie, el potro, el chocolivas con una botella de Cristal y robaría 1 € a todos los españoles con el beneplácito de algún juez.

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  4. Habrá que hacerse con una buena hucha (o preguntar a algún extesorero de alguna entidad por ahí si no le sobra un "sobre sorpresa" de los suyos) ;-)

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