Ya tengo una triestrellada experiencia en el restaurante de David Muñoz, el joven madrileño que ascendió meteóricamente al olimpo gastronómico y que en la actualidad nos ofrece meticulosas técnicas culinarias, en un espacio engalanado con tintes ensoñadoramente lisérgicos.
Meter en una batidora el decorado de Sonrisas y Lágrimas, las escenas finales del 2.001 de Kubrick, sumando algunas de su formidable Naranja Mecánica y los cerdos voladores de Robin Food. Condimentar con el resultado de que unos cuantos umpalumpas se follasen a una teletubbie vestida de cirujano (parto múltiple) y lo regarlo con un poco de Alicia en el País de las Maravilla.
Sólo resta poner las aspas del electrodoméstico en marcha y el resultado de la emulsión, se asemejará mucho al local en si.
Sólo resta poner las aspas del electrodoméstico en marcha y el resultado de la emulsión, se asemejará mucho al local en si.
Seguro que el resultado de tan inédito revoltijo, puede no convencer a todo el mundo, pero quien busque algo diferente lo tiene en un hotel sito en el nº 23 de la c/ Padre Damián, allá por los Madriles Matariles.
No daré descripciones más detalladas, pues en DiverXo, juegan con la sorpresa a muchos niveles y no quiero fastidiarles el negocio a ellos, ni la experiencia a vosotr@s. Básicamente, lo que importa ahí es el XOW y este se desarrolla en una sala dotada de una especie de cocina satélite -yo y mis acompañantes hemos tenido el privilegio de ver la nave nodriza-, que permite al comensal desde la amplitud y comodidad que le brinda el espacio, contemplar como se rematan algunas de las preparaciones que finalmente aterrizarán en mesa; dentro de su plato, o lienzo, que es como lo llaman.
El trato es directo, cercano, prescindiendo de toda etiqueta o ceremonia. El servicio está proyectado para que se disfrute uno de los dos menús que ofrece la cocina de Dabiz & Cía y la carta de vinos no parece estar pensada para ser leída.
Disponen dicha carta en una preciosa carpeta que, dado la rigidez de sus hojas, dificulta la lectura de todas las referencias con comodidad. Esto no sólo ha sido sensación mía; un reconocido hostelero especializado en el mundo vitícola, había estado la semana anterior y obtuvo idéntica sensación. Además, el ritmo del servicio y su enfoque dificultan todavía más profundizar en su bodega; basta decir que en el cuarto de hora -aprox.- que los comensales permanecimos sentados, nadie acercó la carta de vinos a la mesa, con aperitivos líquidos ya servidos de por medio y una carta de comidas en la que sólo es necesario decidir si se toma un menú largo, o uno todavía más largo.
Disponen dicha carta en una preciosa carpeta que, dado la rigidez de sus hojas, dificulta la lectura de todas las referencias con comodidad. Esto no sólo ha sido sensación mía; un reconocido hostelero especializado en el mundo vitícola, había estado la semana anterior y obtuvo idéntica sensación. Además, el ritmo del servicio y su enfoque dificultan todavía más profundizar en su bodega; basta decir que en el cuarto de hora -aprox.- que los comensales permanecimos sentados, nadie acercó la carta de vinos a la mesa, con aperitivos líquidos ya servidos de por medio y una carta de comidas en la que sólo es necesario decidir si se toma un menú largo, o uno todavía más largo.
Con todo y con esto, he de decir que el sumiller maridó tres de los muchos platos y al menos en uno de ellos, dio en la diana de lo sublime.
Eso si, una grata sorpresa os aguarda en DiverXo a l@s enopirad@s y es que el margen de precios es más parecido al de 1Star Miguelín gallego, que a cualquier triestrellado de cuantos haya conocido o espiado carta en la red.
Carre de Raya. |
Pues si, donde la mayoría aprovechan para meter injustos estacazos, estos incitan a beber como los cerdos voladores que decoran la sala y disfrutar del menú como es debido.
Jarrete Glaseado con Trufa Blanca y un MAGNÍFICO alarde de guarniciones. |
Uno de los refrescantes postres. |
Se oyen críticas a esta cocina por estar demasiado saborizada, e incluso por que sienta mal al organismo. En mi experiencia, la digestión fue óptima y el exceso de condimentación, fue patente durante algún punto del menú, restando protagonismo al producto principal en algún caso; pero es una filosofía de cocina que está ahí con sus adeptos y detractores, como cualquier otra.
A día de hoy puedo decir que DiverXo me ha brindado técnicas actuales, complejas, novedosas y sorprendentes, con un fondo de gran producto en unos cuantos lienzos, menos química de la esperada, además de alguna agradecida bofetada de tradicionalidad que contribuirá a estampar el recuerdo de una grata experiencia gastronómica.
No me voy a parar con los vinos; comenzamos a refrescarnos con un Champagne a base de Pinot Noir y La Goya XL -ojito con esa manzanilla-, comenzamos la comida con un Riesling, seguimos con un Louro do Bolo del sr. Rafa Palacios, el Viognier de Vallegarcía y el Caiño de Zárate -GRANDE Eulogio-. Esto sumado al Antique, un Calvados y un Borgoña, con los que la casa maridó ciertos platos, fue el "regadío" de tan extenso menú. Celebramos el final del mismo con un champagne que desconocía y que me alucinó; el EGLY-OURIET Brut Tadicion Gand Crú, un espumoso a base de Pinot Noir y Chardonnay de burbuja fina superintegrada, complejo e intenso en nariz, elegante y persistente en boca.
Me despido con una tonada muy DiverTida a cargo de los hilarantes Ganglios, quienes se hacen eco de cierta carencia lingüística en los escritos de las redes sociales:
COCINA: *****
SERVICIO: ****
LOCAL: ****
BODEGA:****
PRECIO: ***1/2
TOTAL: 20,5
Enhorabuena por la experiencia.
ResponderEliminarGracias Toni; ya sabes de un triestrellado de precio relativamente comedido.
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