m@rí@g@stronomí@

m@rí@g@stronomí@; un viaje gastromusical, o musicogastronómico..., o de que por mucho que os cuente, mejor que lo veáis por vosotr@s mism@s:

viernes, 30 de mayo de 2014

La Molinera

INTERRUMPO BREVEMENTE MI TRILOGÍA DE GRANDES MENÚS, CON UNA ENTRADA QUE DESEABA OFRECEROS DESDE HACE YA UNOS MESES:
En Lalín, en plena época del cocido, me aCerqué a divertirme en La Molinera; un emblemático local conducido a día de hoy por una joven pareja de hermanos profesionales. Poco nos cuenta la entrada del local de lo que se cuece en sus fogones. Desde el más clásico de los cocidos a la cocina más contemporánea, ofreciendo además, menús degustación por encargo con una bodega breve, pero justificada con gratificantes pinceladas a cargo de grandes vinos gallegos -ver foto-.

Aceitunas gallegas Eidos de Iria, ¿aún no las habéis probado???
Disponen de un comedor tan amplio como clásico, que podría resultar frío de no ser por que  dispensan una atención de primera, envuelta en un manto de amabilidad que, junto con las suculentas viandas que sirven, compensarán sobradamente la visita a La Molinera

Como ejemplo, de esta corta presentación, dejo testimonio fotográfico de media ración de unas sabrosas croquetas -croquetazas- caseras, una ensalada de atún que maridó de muerte con mi elección de bodega y una carne de vacuno excepcional, poderosamente guarnecida.
En el caso del atún eché de menos, algo más de tiente con la vinagreta, un poco excesiva en cuanto a su potencia (para mi gusto) y en el caso de la carne flipé con unas patatas cocidas en agua de cocido y rematadas en freidora, además de una mostaza que alegraba el conjunto.

No os las perdáis!!!


Riéguese con buen vino y gócese con lujuria.
El cremoso de chocolate de postre, no dejó lugar a dudas de mi regocijo en la sabrosa cocina de La Molinera.
Chocoadicción saciada ;-)
En fin, como el vino que acompañó este improvisado menú, ya lo he comentado en alguna que otra ocasión, os dejo con un final musical dedicado a todos los que hacéis de vuestro oficio algo imprescindible; o sea que camareros y cocineros están excluidos. En mi caso, no soportaría este mundo sin un poco de buena música.
Vamos con uno que sabe hacerlo bien y que no necesita presentación:
COCINA: ****
SERVICIO: ****
LOCAL: **1/2
BODEGA:**1/2
PRECIO: ****

TOTAL: 17

lunes, 26 de mayo de 2014

Maruja Limón.

Hace ya unos cuantos meses desde que el pasado mes de enero, me decidí a conocer la cocina que Rafa Centeno practica en el edificio del hotel Siete Torres de Vigo y poder así, disfrutar del trabajo de todo el equipo. Anticipo que los astros se alinearon y puedo decir, aún tras todo el tiempo transcurrido, que toqué el cielo.
El Siete Torres se halla en una de las zonas más tranquilas de la ciudad y dota al restaurante Maruja Limón de un amplio y discreto aparcamiento, además de una zona de terraza acristalada con una pequeña barra de aperitivos y espirituosos, en la cual yo disfruté del aperitivo previo a un glorioso menú.
No quiero publicar este montón de palabras e imágenes sin incidir en la pedazo selección musical que acompañó mi velada en Maruja Limón. Entré al restaurante y continué escuchando exactamente el mismo disco de Mike Stern, que escuchaba minutos antes de mi llegada en mi auto. Un disco glorioso de pe a pa, con sólos de batería incluído y a un volumen considerable, en un pedazo restaurante. Para que luego haya quien diga que el musiqueo no pega con los restaurantes gastronómicos. Pues con dos cojones, todo pega; así que este post lleva doble video musical y el primero lo protagoniza, como no; el inconmensurable MIKE STERN:

El servicio, joven y  atento, se mueve en una sala pensada para que unas 30 personas disfruten de buena amplitud y comodidad en un espacio diáfano, tranquilo, equipado con menaje de primera y correctamente iluminado. Disponen de una buena carta de vinos, la cual exhibe dotes de selección más que de extensión; con joyas de nuestra tierra y demás latitudes. En cuanto a la carta de manjares; todos apetecibles, con posibilidad de pedir a la carta, o de escoger entre un par de menús degustacíón y gastronómico respectivamente. Vamos, que la puta hostia; hablando claro. Cada vez quedan menos sitios donde se pueda hacer esto y es una pena.
El día de autos, tenía intención de pedir a la carta; pero se dio el hecho de que los platos que había seleccionado, se hallaban dentro del menú y cambié de parecer. No puedo expresar cuanto me alegro; pero la verdad que no hubo ni un sólo plato que no fuese sobresaliente. Sabor, sabor y más sabor.

Debo señalar que el apartado pan, está bien cuidado; del mismo modo que el servicio del vino y ahora paso a  contar lo que me han dado:

Cuando un menú comienza con una buena traca de aperitivos  y todos están buenos, el comienzo ha sido grande. Si entre esos aperitivos se halla una crema de calabaza y unas puntillas de calamar M-E-M-O-R-A-B- L-E-S, se masca un ¡Bravo! 

El Tartar de Ternera con queso curado de Arzúa -sin foto-, es una maravilla; no os lo perdáis. 
Chicharrones; sobre una exquisita crema de patata, así de fácil y ¡que buenos!!!

Las vieiras hacen justicia a la buena fama del chef con el manejo de este producto. Increíbles; cosa fina, en serio.


El huevo frito de otra manera, con bechamel trufada y gambóm, ¿en serio tengo que explicarlo?. Un huevo cocido a baja temperatura, rebozado y frito, lo cual logra sublimar uno de los más exquisitos productos que nos brinda la naturaleza. Herencia culinaria -o al menos es a quien primero he visto elaborar algo similar- de Marcelo Tejedor.

Creo, de todos modos, que el sorpresón del menú, llegó de mano de este falso risotto. Falso, por que no se trata de arroz, si no de pasta y sorpresón por que elevó la palabra rico al máximo exponente.

La merluza en su punto tampoco defraudó. 

La pieza de vaca con patata y mostaza estaba magnifica. Quizás me sobrase que  la salsa fuese sometida a la técnica de la sferificación; pero supongo que a buena parte del público le hará gracia...

Los postres, precisas obras golosas, se encargaron de dejar el listón bien alto y no faltaron los petit fours para realzar el ritual del café.


El menú de 10 y algun@ se preguntará; ¿y el vino? El vino de 11. Tenía a Luís Anxo Rodriguez Vázquez en buena estima como viticultor; pues he disfrutado de muchos de los vinos que elabora. Desde ese día en Maruja Limón, lo tengo en un pedestal.
Entiendo la botella de A Torna dos Pasás Escolma de la que disfruté ese día, como uno de los grandes vinos del mundo. Todo lo que busco en un vino, se hallaba en aquella botella; sobre todo la característica más intangible y más importante; la ELEGANCIA. Si de verdad os gusta el vino, no busquéis más, nadie da tanto por tan poco.

Querid@s golos@s, deseo que también vosotr@as touch the sky; así que os dejo con una pieza de uno de los humanos más pieza que habitan el planeta; David Lynch. No tengo palabras, mirad el video y a ver si alguien se atreve a decir algo... Damas y caballeros; Pynky's Dream:


COCINA:  *****

SERVICIO:****1/2
LOCAL:   *****
BODEGA:  ***1/2
PRECIO:  ***1/2
TOTAL: 21,5 de 25

jueves, 22 de mayo de 2014

Árbore da Veira

Hierro, piedra y madera reciben a los comensales que se aventuran a conocer la cocina de Luis Veira.
Árbore da Veira es un restaurante coruñés concebido para convertirse en un clásico del mañana; con un contenido número de mesas, dentro de un local impecablemente decorado, tenuemente iluminado y perfectamente equipado.

En dicho local tratan de ofrecer una experiencia en la que el tono de las festivas comidas familiares, con las agujas del reloj en pausa es parte infaltable a de lo que anuncia su oferta. Envuelto todo ello en una amalgama de lujo contemporáneo, con los materiales primarios arriba comentados (hierro, madera, piedra...). ¡Ojito a la vajilla!
O, al menos en mi caso, se ha entendido el anuncio de un concepto innovador con exclusividad, relax, quietud y trato personalizado como factores diferenciadores. Han logrado un concepto de alta restauración funcional y actualizado en un ambiente exclusivo a la par que acogedor, pero no el tono familiar y tranquilo que dicen perseguir. Esto es normal, salvo rarísima excepción, ese objetivo es inalcanzable. De todos modos, no nos engañemos, la clientela no persigue eso; salvo contadas excepciones...
Lujo, dinamismo -ritmo-, buena pitanza, buen trato y a buen precio; esto es lo que persigue dicha clientela. Referido, claro está, a los aficionados al buen comer y a la clientela que por otros motivos suele acudir a este tipo de establecimientos; pues ya se sabe que la hostelería es un océano que comienza en la áreas de servicio y acaba sabe Diós donde se abrirá el próximo MacAuto... Saber navegar en ese océano es cuestión de ética, acierto, experiencia y suerte...
Venden en Árbore da Veira dos menús degustación sin posibilidad de tomarse un primero y un segundo (carta); pero a una relación calidad/precio más que destacable. El servicio es atento y profesional, aunque es prisionero del concepto de negocio en el que les ha tocado habitar; poco tiempo para el mimo con tanto trajín de platos, cubiertos, copas, servilletas... Los profesionales de servicio que amen la interacción con el comensal... en fin, mejor no piso ese terreno; vivimos en el siglo XXI; no hay tiempo para nada y el que hay se gestiona en menesteres smartphonianos que no vienen al caso.
En lo tocante a la bodega, sin estar del todo mal, sencillamente, no da la talla o, por lo menos, no está a la altura.

Royos patateros, berenjenales y demás asuntos de la huerta aparte; esta entrada inaugura una trilogía de los tres menús más cundientes que me zampé en los últimos meses. Osea, que para formar parte de dicha trilogía he tenido que habérmelo pasado de rechupi pa riba y aviso que la cosa irá in crescendo en las dos entradas venideras.

Comienza el festival con un cocktail sólido emulando el mojito -ni fu ni fa- inaugurando una serie de snacks varios, más de la mitad de ellos, auténticas exquisiteces.
Ahora os atizo mi impresión del apartado snacks; es algo que entiendo más para una comida de primero y segundo. O sea, algo que la cocina pueda sacar rápido y que el comensal disfrute mientras la cocina se pone manos a la obra con los principales.
Pero atención, llega lo sublime; ¡el pan!!!. Esto, esto es pan y no lo que dan por ahí. Tenían de tres tipos; aunque nadie con dos dedos de frente los podría compaginar con tan opíparo menú. Nadie con dos dedos de frente, pero yo si; no me extraña que algún cliente intente que se lo vendan para llevar.
Y continua lo sublime con un calamar en tartar con helado de limón ahumado. Brutal y punto; me imagino recién levantada tras una calurosa noche de verano, desayunando un cuenco de esto con una copita de un cava bien fresco y me gusta lo que veo.

Crema de patata -¿o era coliflor???-con jurel marinado. Si habéis probado algo parecido, sabéis que haciéndolo bien no falla y claro; no fallaba, estaba de muerte.
Salmón y cía. Muy bueno, aunque excesivo el helado que lo acompañaba.

Foie y cereza, aunque lo llamen de otra manera. Está rico, pero me arrepiento de no habérmelo zampado de un bocado. ¡QUE BUENO ESTABA EL PAN!!!. Perdón, es que cada vez que me acuerdo...



Zamburiñas, patata trufada, caviar... ¡Quiero más! Plato perfecto y punto.

Espárragos y anchoas. Rico, muy rico, aunque no lo entendí, pero tampoco se si tengo que entenderlo.

Uno de esos tocacorazones importados de oriente. No se si el corazón, pero en mi boca se portó de maravilla. NOTA: Los fondos, fumets, caldos... de este menú, estaban, por lo general; de muerte.

Los berberechos ya os cuentan ellos como estaban...

El chipirñón en fondo de cebolla, puede que fuese reiterativo, pero es que el bicho estaba exquisito y el fondo para mojar PAN, PAANNNNN ¡Que bueno estaba el pan!

Anguilas con angulas. ¡Ala, sin mariconadas!. Potencia de la buena. Con un caldo para ser degustado a pequeñas caladas...












La merluza con repollo, estaba buena; pero no se si venía muy al caso. Creo que hubiese preferido haber pasado de este plato y que el arroz, tendones, cigala, fuese más abundante.

Un magnífico prepostre a base de queso y una bola de albaricoque, precedieron a un fastuoso hojaldre con crema de vainilla.



No me olvido de unos pettit fours memorables, acompañados de unos azúcares aromatizados que me parecieron un autobombo del todo prescindible. Buen café, eso si, además del buen recuerdo de este pedazo de menú, el trato recibido por el amable personal del Árbore da Veira y no se si me dejo algo... 
...¡Ah SI, DEL PAN, EL PAN EL PAAAAAANNNNN!
¿Qué con que se maridó todo este batiburrillo de de platos?, pues tenían el Bolliger Spécial Cuvée Brut a buen precio y ya se sabe, no falla. Un espumoso francés gran reserva con bien de Pinot Noir que es oro puro, burbuja amable, repostería, frutos secos con  frescor y sabor largo. Lo dicho, no falla.
Coloco el broche de oro a este extenso post con mi último gran descubrimiento; Likke Li y su Get Some. Saludos de vuestra gastroprostituta favorita ;-) yeahh

COCINA: *****
SERVICIO: ****1/2
LOCAL: ****1/2
BODEGA:**
PRECIO: ***

TOTAL: 19

martes, 20 de mayo de 2014

Restaurante Gómez OneMoreTimeAgain!

Ya le he dedicado una entradita en su día a este rincón de Arteixo. El caso es que he repetido más de una vez y esta última ha sido la repera. Más teniendo en cuenta que venían de unos días de cierre y el mercado no se había portado del todo bien.

En fin, poco que añadir a la anterior experiencia aquí plasmada. Pero si reitear la excepcional atención recibida y la gratificante sensación de sentarse en una sala tranquila, de mesa y mantel; con una carta de vinos bien armada, y con los detalles y las buenas maneras de los restaurantes de nivel. Aperitivo bien elaborado, una media ración como entrante por sugerencia de la casa -para que no falte el postre- denro de un conjunto de platos limpios, sabrosos, sin estridencias y a un precio razonable. 

Ensalada de pasta kataifi, queso tomate y boquerón.

Foie y huevo A LA SARTÉN con jamón y patatas. ¡Perfecto!

Presa de cerdo ibérico con salsa de queso. En el punto solicitado, con una rica guarnición y tan limpio emplatado...

Torrijas caramelizadas con helado casero. Brutales y finas...

Buen café y perfectos Pettit Fours.


En fin, que ¡¡¡estoy deseando volver!!!

Esta comida se acompañó de un Les Terrases -que ya he comentado en la entrada anteiror-, el postre con un Vi de Gel y acabó con un regocijo y una euforia similar a la que me produce la canción con la que os dejo a continuación; el "Hay Partida" de Quique González:


Restaurante Gómez (contacto):

Av Finisterre, 87 Arteixo  
Telf: 981.601062 

COCINA: ****1/2
SERVICIO: ****1/2
LOCAL: ***1/2
BODEGA:***1/2
PRECIO: ****

TOTAL: 20