m@rí@g@stronomí@

m@rí@g@stronomí@; un viaje gastromusical, o musicogastronómico..., o de que por mucho que os cuente, mejor que lo veáis por vosotr@s mism@s:

viernes, 27 de septiembre de 2013

FRANK

Seguro que os apetece que vuelva a hablaros de algún rincón en el que divertir vuestros estómagos sin maltratar vuestras carteras. Pues en la c/ San Francisco de Ferrol se encuentran cuatro locales de culto en menos de 100 metros; el Ordenes donde despachan unos de los mejores bocatas del planeta, O Bacoriño, una taberna-mesón que ya es un clásico de la zona, O Camiño doInglés; soplo de aire fresco en un rancio panorama gastronómico  y desde hace unos cuantos meses, el Frank.

Pilotado por jóvenes profesionales con amplio bagaje a sus espaldas, es una propuesta sabrosona de irresistible sencillez,  que invita a probar y repetir.

Un servicio atento y amable, carta con unas cuantas propuestas en las que sólo caben platos con sabores reconocibles, basados en buenos productos, elaborados a conciencia, de aspecto sugerente y una bodega que acompaña a tener una buena experiencia. Todo esto en un flamante local, de atmósfera  agradable y, eso si, con poca capacidad; por lo que es preferible reservar. 

Un Ribeiro blanco de cuidada elaboración y sin fisuras, como es el Casal de Armán, sirvió de comienzo para el siguiente menú:

A modo de aperitivo de la casa, nos regalaron una rica y aromática crema de lentejas al curry con jamón.
Y continuamos con lo siguiente:

Carpaccio de ternera.
Pastel de mejillones con crema de queso San Simón.
Croquetas cremosas de marisco. 
Colas de langostino con mayonesa de soja.

Más o menos a esta altura se descorchó una botella de Huno; un vino tinto de la D.O. Ribera del Guadiana con un acertado coupage de cuatro uvas y un resultado notable. Gran vino; intenso, con madera bien integrada y buena persistencia. Con una RCP reseñable, además...

Verduras braseadas con alioli y frutos secos.

Y si me tuviese que quedar con uno sólo...
Huevos trufados rotos y paleta ibérica.
Minihamburguesas. ¡De las mejores que he probado!
Crema de chocolate blanco, espuma de café y arroz con leche, manzana asada. 
Como no disponen de café expresso, rematamos la velada con Hugget reserva 2.007; cava inapelable y en la linea de gran RCP, que hiló esta gran velada.

Dejo el momento musical, en las mejores manos; las del gran Michel Camilo. Un virtuoso que, toque lo que toque, nunca se olvida de incorporar en sus partituras, la más notas con más sabrosura:


COCINA:   ***1/2
SERVICIO: ***1/2 
LOCAL:    ***

BODEGA:   ***
 
PRECIO:   *****

TOTAL: 18

martes, 17 de septiembre de 2013

Culler de Pau

Una mesa con un fondo azul eléctrico y los cálidos destellos naranja, proporcionados por los últimos rayos del sol, hundiéndose en el horizonte de la ría. Rocas, mar, bateas... ...paroxismo y tranquilidad en el exterior;  contraposición del nerviosismo, el revoloteo y la impetuosa inquietud  provocada en mi estómago por un menú a punto de despegar en el interior. 


A pie de mesa, seis comensales prest@s y dispuest@s a disfrutar de lo mejor que Culler de Pau podría ofrecernos. Unas duras semanas de espera nos predispusieron a tocar el cielo en este local de fulgurante trayectoria, situado el bello Reboredo.

Si los exteriores son idílicos, el propio espacio en el que se ubica el restaurante es un ejemplo de integración, minimalismo y luminosidad, sin dejar de ser confortable y acogedor. El equipo humano, con Javier Olleros al frente, es joven, atento y con la lección muy bien aprendida.
El Menú Gastronómico (70€) que escogimos, es el más largo de los que disponían y aún con eso, hubo un platito extra.

Gazpacho con pepino y tónica. Impecable comienzo. 

Crocante de arroz con crema de anchoa, ahumados (sardina) y capuchina. Texturas y sabores reconocibles y muy bien conjugados.


Tomatitos aliñados con sopa de aceite de Entrimo (Ourense), albahaca y limón. Comestible obra de arte vegetal.


Crustáceos con crema de almendra, codium y flores de tagete. El plato de la unanimidad. Perfecto el punto de los mariscos, en buena compañía de la crema y con un codium que enfatizaba el toque marino, pero que no resultaba excesivo.


Jurel curado en agua de mar con salazones, semillas de pimientos de Padrón y flores de cebolla. Nunca un Jurel tan suave y elegante. Puede que me gustase más que el anterior.


Huevo "da casa" a la carbonara de queso San Simón y migas de pan. El título bien ejecutado no deja lugar a dudas; riquíiiiiiiisimo.


Maíz tierno con caldo de pita piñeira y su piel crujiente. Mortal, una inyección de sabor.


Sargo con jugo de sus espinas a las hierbas frescas, patata nueva y rabanitos. Finura culinaria aplicada a grandes productos.


Solomillo de ternera con su jugo, verduras de temporada y cerezas. El recuerdo de algunas de las grandes casas visitadas, plasmadas en este plato.


Sopa de flores, frambuesas y moras con sorbete de fresa y hierba luísa. Muy fresco; un jardín comestible.

Cremoso de chocolate con naranja, helado de té verde y leche cruda. Final perfecto -siempre con chocolate-.

Todavía sirvieron unos pralinés con los cafés que estaban de vicio.

He dejado en apartado líquido para el final. Aunque por si alguien lo duda, he de aclarar que, en mi caso, a menudo es el menú lo que cuelga de la bodega y no al revés. 
Comenzamos a divertirnos por todo lo alto de mano de un sherry. Palo cortado en esta ocasión; una de esas místicas rarezas, que en Jerez son casi "normales". El caso del que degustamos al principio del menú, es de los que se aproximan más a los amontillados V.O.R.S. Si habéis probado el Antique de FERNANDO DE CASTILLA, sabréis de lo que hablo. Tofes, frutos secos, maderas... una gama aromática intensa y elegante como pocas.
A modo de puente, con un leve punto de dulzor, comenzamos el menú al amparo de la delicadeza  de un alemán; más concretamente un Rheinhessen; el Weingut Keller Rieslling Trocken del 2.011. Buen comienzo.
Continuamos el menú con dos interpretaciones tan próximas geográficamente, como distantes en el resultado; en cuanto a la elaboración de grandes vinos en Rías Baixas. Se trató de un Leirana FINCA GENOVEVA y de un DO FERREIRO Cepas Vellas. Dos blancos, con madera en el caso del Leirana, sin crianza en el caso del Do Ferreiro y en ambos casos, enormes vinos de producción limitada, aptos para la guarda y diseñados para gozar. 

Continuamos con dos tintos; el Algueira Merenzao '11 y el Hacienda de Monasterio '09. Nos quedamos en compañía de otro vino gallego gracias a uno de mis baluartes de sublime elegancia y complejidad producido en la bella Ribeira Sacra, para luego adentrarnos en la carnaza del menú con uno de mis Ribera del Duero de cabecera; muy bien elaborado con una mezcla mágica a base de Tinta del País, Cabernet Sauvignon y Merlot.

Rematamos la velada con un Camile Savés Cuvée Rosé. Un champagne muy versátil que merece mucho la pena. Así acabó el menú mecidos en las burbujitas del champagne, felices de haber vivido un gran experiencia en casa de Javier Olleros y su equipo, agradecidos por el trato tan excepcional  que nos habían brindado.

Experiencia excepcional; despedida excepcional. 
Bowie; artista incontestable, ha firmado cantidad de grandes temas a lo largo de su carrera, pero he de reconocer mi especial debilidad por su "Heroes" en conjunción de uno de mis videoclips favoritos. Esa compleja sencillez estética, que arropa la canción e ilumina algo más que el rostro del artista. Señoras y señores, chicas y chicos, damas y caballeros; intentadlo, ser héroes, aunque sólo sea por un día: 




COCINA:   ****1/2
SERVICIO: ****1/2 
LOCAL:    ****1/2

BODEGA:   ****
 
PRECIO:   ***1/2

TOTAL: 21